¡Oh! ¡Qué horror despertarme hoy con una alarma establecida en el teléfono para otra ocasión y no estar esperándola!
¡Pero más horroroso es apagarla y encontrar un email de aviso de comentario en el blog donde Sofie me dice que siguió mis instrucciones y la ténica de fusión de bolsas no funciona!
¡No puede ser!
El deber me llama y aquí estoy, tratando de descubrir qué pasó.
Lo único que se me ocurre, Sofie, es que hayas pasado la plancha como si de ropa se tratara y no la hayas mantenido sobre las bolsas el suficiente tiempo.
No me di cuenta de explicarlo en su momento, pero hay que mantener la plancha apoyada sobre las bolsas por sectores (lo que abarque la plancha) hasta que se empieza a notar que el papel se pega y lo que hay por debajo se ve un poco más oscuro que antes.
Puede que no quede perfecto de una vez, pero lo bueno es que si alguna parte quedó sin adherir, se repite el proceso y si, se quemó y se hizo un agujero o quedó una especie de corteza, se aplica otro pedacito de bolsa por encima y se vuelve a pasar la plancha, siempre sobre el papel.
Me pareció oportuno aprovechar el comentario desesperado de Sofie y explicar estos puntos, que la vez anterior se me pasaron.
Cualquier duda o problema, me avisan, que salgo inmediatamente al rescate.
Yo, por mi parte, les debía las fotos del proyecto que encaré la vez anterior al mostrarles el paso a paso.
Sólo faltaba darle forma a cada parte y coser, así que el producto terminado lo tuve a tiempo para el viernes pasado, pero no me van a creer lo que pasó.
Resulta que los jueves vuelvo del taller de reciclado de muebles cerca de las 21.30 a mi casa, toco bocina, me abren y guardo el auto.
Pero ese día, volviendo de las clases había encontrado un baúl. ¡Síííííííííííííííííí!
Sin fondo, eso sí, pero eso no es problema para alguien que acaba de salir de su clase de reciclado, ¿no?
Bue, volvía tan entusiasmada a mi casa que lo único que pensé en bajar fue mi nuevo tesorito y no fue hasta el día siguiente, cuando me disponía a ir al gimnasio, que me di cuenta de mi error/problema.
¡No bajé el bolso! ¡No tengo llave para abrir la puerta de calle y salir!
Buen momento para pasar al plan B y ponerme a escribir el post a tiempo.
Peeeeeeeerooooo...
¡La cámara de fotos está en el bolso!
La llevo para ir registrando los paso a paso en las clases y luego mostrarles y/o acordarme lo que hice.
Plan B frustrado.
Sábado a la mañana comprometido. ¡Chau participación en el finde frugal!
Plan C: me pongo a limpiar el baúl y analizar lo que hay que hacerle.
Y, como ya dije, bajo presión funciono mejor.
Y aquí me tienen ¡escribiendo sobre la hora!
Pero aquí vamos con las fotos... (todavía les debo el estudio del manual de la cámara réflex).
A ver, vamos con esta otra.
¿Ya se entiende un poco más?
Está bien, otras más.
¡Lista para salir de viaje! I wish.
Confieso: fotos falsas por demás.
Primero, porque por ahora no me voy a ningún lado y, segundo, porque en ese portacosméticos faltan unos 8175489427867287680927580971894718937 productos ¡jaja!
Si supieran... aunque los de la cajita son prácticamente mis únicos productos de maquillaje y ando a cara lavada por el mundo, tengo todo un arsenal dermatológico que acarrear.
Les cuento que la idea del portacosméticos la tenía desde hace mucho por dos motivos: el que tenía se rompió y además nunca tuvo el espacio suficiente.
Para éste, entonces, tuve en cuenta la forma del anterior, aunque aumentando sus dimensiones.
Y ahora sí es perfecto, o eso creo, porque sigue sin estrenar.
Y con esta nueva idea para reciclar sus bolsas plásticas + las aclaraciones para Sofie que también pueden servirles, participo en el finde frugal.
Espero pronto ver qué se les ocurre a ustedes.
¡Feliz finde!
Adri.