23.5.14

DIY: especiero

Si algun@ de l@s que lee ahora sigue el blog por FB, sabrá que mi ausencia no se debe a que he estado haciendo la plancha. ¡Todo lo contrario!
Mis rutinas se han visto alteradas y eso derivó en que me quedara sin tiempo de participar la semana anterior en los Findes Frugales de Marce. ¡Algo que, espero, no vuelva a suceder! Y por eso... ¡aquí estoy!
A pesar de los tiempos acotados, seguí trabajando en mis muebles callejeros y en otras cositas, como la que les voy a mostrar hoy.
La verdad es que la velocidad no es mi fuerte, siempre que hablemos de lo que nos atañe en el blog, en la conducción vehicular es otra cosa. Y ya conocen mis habituales y constantes cambios de planes, así que por más que lo intenté, no llegué.

En vista de que mi mueblecito callejero venía complicado, comencé a trabajar en paralelo en el regalo "casero" para una amiga.

Después de "pelear" por un cajón de la ex mesa de luz del otro habitante de esta casa, me puse a darle forma y color, ¡bah!, más color que forma.
Nuevamente apelé a mis papeles de origami y con un poco mod podge, una percha, dos clavos, un trocito de masilla epoxi, pintura blanca y laca al agua, salió la repisa. 
Agregué 5 frascos de mi colección, les pinté la tapa con acrílicos y taráaaaaaaan... ¡tenemos un especiero!

¡Ah!, antes de las fotos... ¡pido clemencia! En Buenos Aires tuvimos hasta ayer unos días muy horribles, oscuros, lluviosos y ya tod@s saben que eso no ayuda. Pero para colmo de males, en mi casa después de haber tapado miles de agujeritos y pintado las paredes, no me he animado a poner más que un solo clavo, por lo que el especiero sólo puede apoyarse mientras se encuentre en mi vivienda. 

Dicho esto, aquí vamos...











































































Y aquí los secretos de la confección...

¿Les gustó? A mí sí y lo mejor es que todavía tengo dos cajones más para transformar. Ya estoy pensando en uno con pintura pizarra. Aunque lo más importante sería: ¿le gustará a mi amiga?

Para la próxima espero ya tener listo mi tercer ejemplar de muebles callejeros, pero estoy a las vueltas con la pintura: que de un color, que no, que es muy fuerte, que la pinto de otro, que es muy plano, que lo decapo para un look industrial, que no me gusta, que relleno los pozos del decapado, que lo vuelvo a pintar, que se ven "pelotitas" de relleno, que lo lijo, que se me va toda la pintura, que lo vuelvo a pintar, que vuelven las pelotitas, que lo lijo, que cambio de pintura, ¡uff! Bue, en eso ando. Siete días más creo que me van a alcanzar, ¡jaja!

¡Que tengan feliz finde!

Adri.


12.5.14

Dos premios y varios chismes

¿Se acuerdan de la publicidad del pajarito que le picoteaba la cabeza a la protagonista como si fuera la voz de su conciencia?
Así me pasaba a mí con el post que le debía a los premios que tan cálidamente me han otorgado Kassandra y Pi y que me encantó y me hizo muy feliz recibir. ¡Gracias totales, chicas!
Es buenísimo saber que han pensado en tu blog y, por lo tanto en vos, entre los prácticamente infinitos que circulan por la web y han decidido darle su apoyo al recomendarlo.

Pero vamos por parte, en estricto orden de aparición:



A través de La buhardilla de Kassandra nos (al blog y a mí) llegó el premio Dardos, entre cuyas reglas hay que responder a la lista de preguntas que nos dejó la premiadora  y que yo paso a contestar ahora mismo.

1-¿Cuál era tu juguete preferido de niña?

Elijo mi triciclo.
Me lo trajeron los reyes antes de cumplir los dos años y teníamos una foto divina en la que aparecíamos con mi hermana, que rondaba los 5 meses de edad, recién "amanecidas", cada una con su regalo. Delante de una pileta inflable puesta a modo de fondo estábamos yo, que lucía en ese momento un batido total en la cabeza (algo que se mantiene al día de hoy), subida a mi vehículo nuevo sosteniendo una muñequita y ella, acostada sobre un salvavidas con forma de anillo y con una guitarrita en las manos. :D
¡Me acuerdo lo mucho que me gustaba hacer "marcha atrás" en ese triciclo!
El adiós vino cuando un día, unos cuantos años después, nos subimos tres a la vez y terminó partiéndose. Quedó "guardado" hasta que mi papá decidió poner orden y se lo regaló a un señor que pasó por la calle. ¡Es algo que aún  hoy no le perdono! Enterate, papi.

2-¿Con qué personaje histórico o literario te identificas?

Mmmm, ni idea.

3-¿Cuál es tu época predilecta del año?

Yo digo que el otoño, pero en los días nublados tiene su toque triste. Adoro los colores que adquieren las hojas y como bien dice una canción muy conocida en nuestra provincia "No es lo mismo el otoño en Mendoza" y coincido 100%, con ese cielo bien azul, el sol brillando y las montañas ya nevadas... (suspiro).

fuente
Pero como ya no vivo allá, elegiría una primavera transgénica a la que le quitaría el polen alérgico.

4-¿En general prefieres el libro o la película?

Como los libros no hay, aunque sin película no hubiera llegado a algunos de ellos y conocería muchas menos historias.

5-¿Practicas algún deporte? ¿Cuál?

No, no practico deportes, pero sí voy al gimnasio.

6-¿Qué es lo más arriesgado que has hecho en tu vida?

Venir a CABA, a conocer al que ahora es el otro habitante de esta casa. Una larga historia.

7-¿Cuál es tu animal favorito?

Me encantan los felinos enormes, especialmente los tigres y leones.

8-¿En qué asignatura te destacabas como estudiante?

Me iba bien en todas, pero con la que más sufrí fue Matemática Financiera, aunque creo que la culpa era más del profesor que de la materia. ( Se los cuento aunque no me lo pregunten, jaja)

9-Si pudieras elegir, ¿vivirías en la ciudad, en el campo o en la playa?

En el campo jamás, en la playa, tal vez y en la ciudad, sin duda, pero no me dieron la opción de la montaña, que es la que elegiría.

10-¿Qué cosas te hacen enojar?

El tránsito y los muy malos conductores. También tener hambre, me cambia el humor de una manera difícil de explicar y es mejor no estar cerca. Las mentiras.

11-¿Qué objetos llevas habitualmente en la cartera?

Lo que va conmigo a todas partes son: mi billtera, mi "tarjetera", pañuelitos, alcohol en gel, mini jabón, lapicera, barrita protectora de labios y lentes de sol. Cuando me acuerdo agrego la agenda y casi nunca, el teléfono.
Hace poco compré un organizador, ideal para ir cambiando de cartera, mochila, bolso, etc., sin olvidarse de nada o, al menos, de lo principal. ¡Una de las mejores compras que he hecho!
Tengo que agregar que también suelo tener miles de tickets y papeles de toda índole.

Ahora tengo que contar 11 cosas sobre mí:

1- De pequeñas nunca escuchamos música para niños con mi hermana Laura, la más cercana en edad. Nuestra canción preferida era ¿Crees que soy sexy?, de Rod Steward. Estaba en un casete de mi papá igualito a éste

y la poníamos una y otra vez, rebobinando sin parar. ¡jajaja!

2- Me encanta ir a la peluquería, pero no voy nunca. ¿Será por eso?

3- Lo que más feliz me hace de vivir en Buenos Aires es poder ir al recital que se me ocurra.

Algunos aquí.



4- Tengo mucha fuerza.

5- Mi pelo es indomable, pero me resisto a hacer la fácil y alisarlo.

6- Soy una argentina rara: no me gusta la carne, no tomo mate y no soporto el helado de dulce de leche.

7- Tengo una sobrina muy valiente, que comenzó a entrenar como Casteller a los tres años.

Acotxadora (penúltima) en esta foto. Hoy ya tiene 12 años y es doso.
Aquí pueden leer cuáles son las partes de un castillo.
En un viaje participé yo también como pinya en unos mini pilares que hicimos en la cancha de básquet del Barcelona. Se trataba del evento en homenaje a Roberto Dueñas, jugador emblema del club, donde retiraban para siempre la camiseta 12 en su honor. ¡Y estoy en Youtube!, aunque sólo yo me puedo reconocer, ¡jajaj! Si quieren, pueden ver el momento en que se hicieron los pilares en este vídeo a partir del minuto 1.45.

8- Muero por los sandwiches de miga.

9- Además de las montañas, lo que más extraño de Mendoza son las tortitas raspadas.

La foto se la "robé" a mi papá, ya que éstas son de su autoría.
Aprendió a hacerlas y se volvió un experto al tener que vivir lejos de Mendoza.

10- En estos momentos me atraen más las tiendas de herramientas y pinturas que las de ropa.

11- No sé caminar con tacos.

Más cerca en el tiempo, de la mano de Pi nos llegó esta linda sorpresa:



Ambos galardones tienen entre sus reglas otorgar el premio a otros blogs. Pido disculpas, pero voy a obviar esa norma. La verdad es que, si bien la lista de los que recorro es amplia, veo que más o menos "somos siempre los mismos" y se vuelve una tarea compleja encontrar alguno que no lo haya recibido antes y, por otro lado, no a todos les gusta seguir cadenas. Por estos motivos he decidido cumplir, a partir de ahora con todo lo que me involucre a mí y sólo a mí y lo hago con mucho gusto. Así que si quieren seguir premiándonos... ¡excelente! ¡jaja!

Nuevamente les agradezco muchísimo a las chicas y las invito a visitar sus blogs. Haciendo clic en sus nombres (allá arriba) van directo a sus posts y pueden ver y seguir recorriendo a los otros premiados, a quienes les dejo también mis felicitaciones. ¡Tarde, pero seguro!

¡Feliz semana!


Adri.

9.5.14

DIY: Extreme makeover, taza edition

En una de mis salidas a la peluquería, de las que les hablaba aquí, me traje una botellita de un líquido raro. Uno que nunca había visto "en uso", que no sabía bien para qué lo quería, pero con el que alguna vez me pondría a experimentar.
Se trataba de barniz vitrificable (sí, dije peluquería, no me equivoqué) y hoy, jueves para mí, después de muuuuuchos meses, llegó ese momento. Y llegó, como casi siempre los jueves, pensando en qué voy a mostrar en el Finde Frugal de la semana.
También tengo un pomito esperando, pero los materiales que encontré a mi disposición hoy le sacaron chances de lucirse este viernes.
¡Vamos con el barniz, entonces!
Según las instrucciones de la etiqueta, sirve para hacer decoupage sobre cualquier superficie susceptible de ser horneada a 130°C o para convertir pinturas acrílicas en pinturas para porcelana.
Con esos datos me puse a revisar y, a falta de coraje para atacar alguna pieza de mi "vajilla" blanca lisa, encontré una taza de promoción, con un rectángulo a cada lado con el logo de una empresa.
Problema N°1: la opcíón de pintar sobre ella... descartada. El rectángulo era rojo oscuro y supuse que ninguno de mis acrílicos sería capaz de taparlo.
De ahí que me quedaba una sola posibilidad: el decoupage. 
Pero volvía a tener un problema parecido, aunque a éste le vamos a llamar N°2: mis dos únicas servilletas son muy claras, se traslucía todo el logo.
De nuevo a revisar qué solución encontraba. 
Buscando en el cajón de papelitos, di con los de origami, que yo compré para hacer cualquier otra cosa porque eso de plegar no se me da para nada. 
¡Listo, uso uno de éstos!
Pero aquí vino el problema N°3: la taza es irregular. Digamos, permitiéndonos la licencia y algo de imaginación,  que tira a cónica. Por lo tanto, cualquier figura al tratar de adaptarla a esa forma, se arrugaba. Tenía que ser algo simple y lo más chico posible. 

La taza está boca abajo porque no quería mostrar que por dentro está cuarteada y tampoco quería hacer publicidad (ni buena ni mala) aunque con EQ Arte no me salió muy bien :P
Partí de un círculo.
¡Tampoco!
Lo mejor parecía adaptarlo a óvalo.
Pero no me salió.
Y así, no sé bien cómo, el círculo se hizo corazón.
Lo dupliqué y... ¡manos a la obra!

Limpiar la taza con alcohol para sacar cualquier rastro graso.
Untar el sector donde se va a adherir el papel con el barniz. Conviene hacerlo usando un pincel chato y suave, no como el que yo usé. Pero claro, nadie me explicó. Las instrucciones en esa mini etiqueta no son muy generosas y mi ansiedad no me llevó a pasear por internet, hasta mucho más tarde.

Mi máquina no quiso hacer una buena macro, pero se alcanza a notar cómo NO debe quedar si se utiliza el pincel correcto.



Pegar el papel y presionar del centro hacia afuera. En un video vi que usan un plástico entre las figuras y los dedos,  pero yo usé el pincel. Shhhhh! Genias del decoupage, de las que las reuniones de Marcela están llenas, ¡no se rían de mí!

Luego va otra capa de barniz, siempre aplicándolo sólo donde se colocó el dibujo. Cualquier resto que se escape, se limpia con un hisopo con agua (dice la etiqueta), con alcohol (según el folleto explicativo de otra marca que encontré gracias a google) o con un pincel de goma, (como muestran en este video)

En mi caso fue más que un hisopo,  ¡jaja!








Esperar, al menos, 4 horas para que seque y luego llevar al horno por 30' a 130°C, como ya les había dicho. No se debe precalentar y, una vez cumplido el tiempo, se deja enfriar la pieza ahí dentro.


Llegados a este punto, apareció el problema N°4: ¡estamos en otoño y la luz del día dura muy poco! ¿4 horas? ¿Cómo #$%&/*%# hago las fotos? ¡Encima por la tarde tenía taller de reciclado de muebles! Y cuando volví a casa ¡estaban usando el horno! ¡¿No ven que no puede estar caliente?! Cuestión que 22.30 entró recién mi obra maestra. 30' de calor más otro tanto para que pierda temperatura... ¡Chau, me voy a la cama!
Hasta que vuelva a ser de día para mí, que estoy tecleando en posición horizontal, sólo tengo esta foto del apenas terminado "pegado y untado", cuando todavía era temprano.



¡Hola! Ya es mañana.
Hoy me toca ir a CABA en horario que no me gusta: cuando todo el mundo va, cuando el tránsito es un caos y cuando yo no estoy en mi momento preferido del día. ¡Buuuuhhh! 
Por este motivo no hay tiempo para hacer mucho juego con las fotos, pero tanto ustedes como yo tenemos que ver qué tal quedó la taza después de la cocción. ¡Por ahí abro el horno y me encuentro un cupcake y todo!
¡No, no tuve suerte! Apenas es una taza vacía.

Recién salida del horno. 


¡Pero qué taza vacía! ¡Ya mismo la lleno!

Yo suelo tomar "mi" té en "mi" taza de 500cc, pero como ahora estoy a las corridas... ¡Uy, español@s, no se horroricen con esa palabra! Quise decir, a las apuradas. Re-estreno ésta y termino el desayuno más rápido.


Para un lado...



Para el otro...

Quedó bastante bien para primera experiencia con este producto, ¿no? Bueno, al menos puedo decir que rescaté una taza fea.

Una vez lavada y en uso.



X aquí no se miente. ¡Nada de té de utilería!

Ahora tengo ganas de seguir probando, eso sí, todavía no me animo con nada que pertenezca a un juego, por más blanco y liso que sea.
¿Ustedes ya han usado barniz vitrificable? ¿Se les ocurre alguna idea para que intente? ¿Mezclado con acrílico negro servirá como pintura pizarra? Mmmm, ya veré que otra taza sacrifico. 
¡Un beso y feliz finde!

Adri.

PD: la semana pasada no pasé a visitar a casi nadie del Finde Frugal, así que este sábado y domingo tengo tarea doble. ¡Espérenme con algo rico!

2.5.14

Muebles callejeros. Antes y después: silla fea.

Corrían los días previos a las fiestas de fin de año cuando me preguntaron: -¿Qué regalo querés para Navidad?
Y yo, sonrisa enorme: -¡El taller de reciclado de muebles!
Para febrero, fecha en que comenzaban las clases, debía tener mi proyecto definido.
Se me ocurrió que una silla sería una buena opción como para aprender algo de tapicería, además de tratamientos para la madera, pintura o lo que decidiera hacerle.
Estaba en la búsqueda para comprar una, ya que en casa prácticamente no hay sillas y casi no tenemos parientes cerca que nos cedieran o "heredaran" una.
Le había mandado a Vero, la profe, una selección que había hecho para que ella me dijera cuál tenía mejores posibilidades cuando, pasando por el Bajo Belgrano, ví de reojo que en la calle transversal había una silla al lado de un contenedor.
Dimos la vuelta a la manzana (no sé cómo le dicen en España), bajé, la miré y estaba completa, además firme, puse una manta en el asiento trasero y ¡arriba!
Confieso: era muy fea, tanto que volví a mandarle un mail a Vero para que me dijera si merecía la pena invertir tiempo, trabajo y dinero en ella.
Y si no me creen, pues ¡júzguenlo ustedes mism@s!

 En esas condiciones no tenía permiso para entrar a casa
¿Qué me dicen del color de los "travesaños"? ¿Y la tela?
Más allá de lo que se puede ver en las fotos, que son bastante malas, por cierto, les cuento que estaba pintada con esmalte sintético sin nada de cuidado: se notaban los brochazos, había pelitos de pincel pegados, dedos marcados, gotitas de pintura chorreadas, además de raspones y de tener un travesaño comido por un perro, o similar.

Cuestión que con Vero quedamos en que, si bien era fea y tenía un estilo algo ecléctico, la podíamos mejorar. ¡Iba a ser todo un desafio!

Primera clase: diagnóstico y plan de trabajo.
Yo había visto que la parte interna, debajo del asiento, no estaba pintada y me parecía que la madera no era muy fea, así que se me dio por librarla de esa pintura horrenda. Ya les he contado que a mí me se me da fácil lo de complicar lo que puede ser más sencillo, en este caso, pintarla por encima.
Como tenía la madera mordida y habría que completar el faltante con masilla epoxi, decidí pintar los travesaños y la parte baja de las patas en blanco. Plan que, como suele  pasarle a una geminiana, no fue el definitivo.
Y así empezó el trabajo. Arduo, arduo, arduo.

Primero: removedor

Es muy divertido descubrir lo que hay debajo. Nunca se sabe.
Una vez fuera el esmalte, todavía quedaba mucho por sacar para llegar a la madera, pero ya no podía seguir con el removedor para no manchar la madera. Llegó el turno de la lija. Era tanto el trabajo que necesitaba que, viendo que no iba a terminar jamás, me la traje a casa otra vez. Fue así que entre clases y casa sumamos unas 20 horas de lijado. Sí, como leen. 
Pero así quedó.

Ya parece otra, ¿no?
En este punto ya había cambiado de plan, sólo iba a pintar el travesaño roto, o sea, el del frente y las puntas de las patas, por eso la lija casi no pasó por ahí.
Esos dos palitos que se ven abajo a la derecha los descubrí al quitar el tapizado. Si vuelven a mirar las fotos del antes, van a ver que el respaldo está totalmente cubierto por una tela. Al sacarla apareció lo que fue, o parece haber sido, su tapizado original: un ecocuero gris y dos maderas, una a cada lado.

¡Fuera todo eso viejo y feo!

Volviendo a la madera, le di un color roble claro mediante goma laca un poco más diluida que en la fórmula aplicada para lustre, ya que ésa no era la idea.
Para entonces ya se veía así:


Luego... a rehacer todo el tapizado.

¡No crean que les voy a mostrar la tela elegida y cómo quedó el tapizado antes de revelar el resultado final!
Sí les cuento que una vez listo, y llegado el momento de la pintura, mis compañeras de clase me recomendaron abandonar la idea del blanco y usar un color dentro de la gama de la tela. Yo igual quise sacarme la duda y di la primera mano en blanco. Mmmmm, no va. ¡Tenían razón!
Segundo cambio de plan.

Hasta ahí habia llegado el jueves, antes de decirles en mi post del Finde Frugal que si no ocurría un inconveniente imprevisto, el lunes venía conmigo a casa.

Sábado a la mañana. Suena el teléfono. Era Vero. De un estante se cayó una bolsa. La bolsa tenía un frasco. El frasco tenía esmalte de uñas. Explotó. El esmalte de uñas manchó la tela del frente del respaldo. ¡Oh! ¡Oh!
¡Gracias al fabricante, la tela era de doble ancho y había sobrado bastante! Sí, gracias, porque al momento de comprarla tuve que "pelear" por ella, ya que alguien había dejado reservado todo lo que quedaba, que no era mucho. 

Inconveniente y todo de por medio, el lunes le dimos permiso para ingresar a casa. Y aquí se las presento.
De pie, damas y caballeros... ¡Ella es Cenicienta!







Mientras avanzaba en el trabajo, profe y compañeras coincidíamos en el arrepentimiento tremendo que, al verla, sentiría la persona que la dejó abandonada a su suerte. ¡Desalmad@!
Aunque también nos reíamos pensando en la poca fe que le teníamos, pobre. ¡No nos engañemos!
Sin embargo, con su respuesta al cariño que le puse, supo conquistar por completo mi corazón.
Y Papá Noel me felicitó.


Adri.


DIY: cuadrito infantil

No sé qué pasa, pero cuando tengo un plan siempre hay algo que me lo modifica. 
Yo prometí mostrarles el cambio de Cenicienta durante la semana, sin embargo, los días nublados y lluviosos no me dejaron hacer fotos, ya no digo lindas, con pasables me conformaba. Así que estuve todo el día jueves abocada a esa tarea y se me complicó el Finde Frugal.
Pero ya saben, para mí es imposible no estar presente en este encuentro de blogs donde proponemos ideas aptas para cualquiera, es decir, que no requieren mucho esfuerzo ni dinero, así que saco un trabajito de archivo y se los muestro. 

Lamentablemente no tengo fotos, más allá de la que sacó mi amiga, mamá de la bebé hermosa a la que iba dedicado.

Primero lo vemos y después les cuento cómo y con qué lo hice.



Las "colinas" están hechas con el reverso de una bolsa de cartón, que también usé para el portarretratos que ven aquí.
Los globos que, aunque no se nota mucho en la foto, son de diferentes tonos de amarillo, los recorté de varias muestras de pintura de cuando estaba eligiendo el color para mi taller-escritorio.
Y para la ovejita usé como molde la etiqueta o, como se dice ahora, tag que traía mi pijama cuando lo compré. Calqué los tres bordes, el blanco y el rosa oscuro y el rosa claro, los transferí a distintas cartulinas, recorté y pegué uno sobre otro.
Para darle volumen pegué los cartoncitos sobre un cuadradito de telgopor de una bandeja del supermercado y así, pegándolos sobre el fondo o superponiéndolos entre ellos, fui consiguiendo los distintos niveles de profundidad.
Sencillito y resultón, dirían las chicas españolas. ¿No creen?
Y además... ¡frugalísimo!

Pero, como ya voy conociendo a "mi público" y sé que este post chiquito l@s va a dejar con "sabor a poco", ¡hoy hay post doble! 
Cumplo a medias, entonces, con lo que les dije la semana pasada, el segundo capítulo de Muebles Callejeros sale en viernes, pero no dentro de los frugales. 

¡Espero que los disfruten y pasen un muy feliz finde!

Adri.


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